Sólo os vamos a decir una cosa… ¡Buenísimos! Al igual que os contábamos con los nuggets de pollo, estos buñuelos no tienen nada que ver con los comerciales.
Aprovechamos para recordar que no debemos abusar de fritos, y que cuando friamos, lo haremos siempre con aceite de oliva. Asimismo, os dejamos un artículo que nos ofrece consejos sobre cómo utilizar el aceite de oliva en las frituras.
Y no olvidéis, en el momento que el aceite de oliva pierde su característico color dorado y empieza a pasar a rojizo/marrón o humee, es momento de sustituirlo por nuevo. El número de frituras que va a aguantar va a depender también del alimento frito en cuestión.
Ingredientes
- 300 ml de agua
- 400 g de bacalao en trozos (nosotros usamos el bacalao congelado en lomos sin espinas, previamente descongelado)
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de perejil
- 120 g de cebolla
- 1 huevo
- 60 ml de leche
- 225 g de harina de repostería (o en su defecto, harina + 1 cucharada de levadura química)
- AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra) para freír
Elaboración (Thermomix®)
- Ponemos el agua en el vaso y metemos el cestillo con el bacalao dentro. Programamos 12 min/100ºC/vel 1.
- Retiramos el cestillo y reservamos el bacalao y el caldo de cocción.
- Ponemos en el vaso la cebolla, los ajos y el perejil y troceamos 5 seg/vel 5.
- Bajamos la trituración al fondo del vaso e incorporamos el bacalao. Programamos 4 seg/giro a la izquierda/vel 4.
- Añadimos el huevo, la leche, 50 ml del líquido de cocción y la harina. Mezclamos 20 seg/giro a la izquierda/vel 4.
- La consistencia debe ser blanda (nada manejable con las manos) y más líquida que una masa de croquetas. Dejamos reposar unos 20 min.
- Nos ayudamos de dos cucharas para ir dando forma a los buñuelos y freímos en abundante AOVE caliente (que no humee, síntoma de que se está quemando). Retiramos a un plato con papel absorbente, para quitarles el exceso de aceite.
Notas
- El resto de caldo de cocción lo podemos congelar y tenerlo para otras ocasiones. Por ejemplo: en esta preparación, el bacalao lo hemos cocinado con el vapor del agua del vaso, pero en otras ocasiones podemos cocinarlo en el Varoma mientras preparamos otra receta. Por ejemplo, un pisto. Una vez terminado el pisto (u otra receta) seguiremos a partir del paso 3 y utilizaremos el caldo de cocción congelado.