Cuando nuestro peque cumplió 2 años nos planteamos un cambio de centro por diversos motivos. No habíamos mirado nada cuando por casualidad vimos en nuestro grupo de lactancia que había una jornada de puertas abiertas en el Centro Guadalquivir. Estuvimos echando un ojo por las redes y vimos que seguía la filosofía Montessori, de la cual habíamos leído mucho y con la que estábamos muy de acuerdo en muchos aspectos.
En la primera visita al centro ya salimos convencidos. ¡Estuvimos casi 2 horas hablando con Rocío! Ella es la directora del centro, quien pone su corazón y su sonrisa para los peques. En cuanto empezamos el curso supimos que el cambio había sido muy, muy acertado. Ella, junto con sus compañeras Loli y Rocío, hacen de este espacio un lugar especial para los peques. Verlos disfrutar con cada actividad, es una pasada. Cómo aprenden, cómo investigan, cómo fomentan la autonomía de los niños y establecen límites desde el respeto y la confianza, es algo que a nosotros nos encanta. Además, cuidan el centro como su casa, llenan de complicidad cada cosa que hacen y desde el principio se empeñan en crear una pequeña comunidad con los papis y peques de cada año.

Imagen: Centro Guadalquivir
Os podríamos explicar qué es el Método Montessori, pero no somos expertos. Lo que sí os decimos es que Montessori no es sinónimo de libertad absoluta como cree mucha gente, o dejar que el niño haga lo que quiera. Y es que, quizás hay mucho postureo con esta filosofía y centros que dicen que lo son pero lo único que tienen es mucha fachada y poco fondo. Nos explicamos: conocemos ya a muchos amigos (tanto de Jaén como de otras provincias) que tuvieron a sus pequeños en un centro Montessori y muchos de ellos salieron muy descontentos porque de repente la filosofía era haz lo que quieras (uno de los peques se tiraba todo el día durmiendo, otros no comían nunca,…). Nuestro peque en Guadalquivir, sin embargo, tiene tanto una rutina como actividad y juego libre. Aprende, juega, explora, investiga, canta, baila, fomentan la curiosidad por los distintos alimentos,… y disfruta cuando llega que no os hacéis ni una idea. Es más, entre todos hemos conseguido que aprenda a que el aburrimiento no se quita comiendo (ya os lo contamos aquí), cuestión que nos ha llevado varios meses y que hemos logrado en un trabajo codo con codo entre casa y centro infantil. Y es que muchos centros ponen Método Montessori para captar «clientes» cuando no tienen ni la formación, ni sobre todo, la aptitud; la vocación por enseñar y aprender de y con los niños.

Imagen: Centro Guadalquivir
Con este método, se establecen límites desde una disciplina positiva, es decir, se pasa de la disciplina que hemos conocido toda la vida, basada en el temor, los castigos y los premios, gritos o azotes a una educación que fomenta más el aprendizaje que las imposiciones. Todo esto sin ser permisivos, es decir, no dejar que los niños hagan y deshagan sin ningún tipo de límite ni consecuencia. Los niños necesitan tener límites. Los límites les dan seguridad, y confianza. Pero en vez de imponerlos frente al miedo, a las recompensas o a las represalias, se enseñan y se aprenden como guías y se fomenta la autodisciplina y la autonomía de los pequeños. Y sí, no vamos a hacernos los guays, hay días en los que la disciplina positiva se nos va al traste: cuando llegas tarde (al trabajo, al cole,…), cuando estás cansado, cuando tienen una etapa de refuerzo del yo,… Nosotros aprendemos todos los días sobre nuestros comportamientos y los suyos, sobre los reflejos que tenemos en cada uno de nosotros. Porque cuando más aprendes es con ellos. Las teorías y los libros te dan herramientas, y luego ellos y nosotros las montamos y desmontamos. Porque cada familia, cada personita que la compone es un mundo, con sus jirones y sus retazos, con sus consecuencias y sus condicionantes. Y seguimos en nuestra tarea de intentar educar en el respeto, en una crianza con apego, respetuosa, abierta y consciente; trabajando por su autoestima, su confianza, su independencia, su autonomía y un largo etcétera. Equivocándonos y aprendiendo a que hagamos lo hagamos, nos vamos a equivocar. Y está bien, no pasa nada, no hay que fustigarse ni lamentarse. Hay que seguir creciendo.
Os enlazamos varios artículos que hablan sobre todos los conceptos anteriores:
- Libertad y límites según Montessori
- 10 claves para poner límites según Montessori
- Montessori y el desarrollo emocional
- La crianza respetuosa no significa dejar que tus hijos hagan lo que quieran

Imagen: Centro Guadalquivir
Buenos días, estaría interesada en matriculat a mi hijo el año que viene pero con todo esto se me ha pasado por completo. Nació el 16 de Enero de 2018. No ha estado hasta el momento en ninguna guardería porque yo no trabajaba fuera de casa. Me gusta la filosofía Montessori y dentro de mis capacidades y conocimientos he intentado aplicar lo que he podido. Si todo va bien volveré a trabajar en Jaén ( vivimos en Jabalquinto) y por eso me gustaría matricularlo. ¿ Es posible?
Me gustaMe gusta
¡Hola! Nosotras tuvimos a nuestros peques en el centro pero no somos docentes, de vez en cuando colaboradoras, no más. Tendrías que hablar con la dirección del centro: 23008129.edu@juntadeandalucia.es
Me gustaMe gusta