¿Qué son los «alimentos» ultraprocesados? «Productos que presentan una alta densidad energética (muchas calorías en poco volumen) y tienen grandes cantidades de sal y azúcar añadidos, pero que son pobres en micronutrientes esenciales» (Julio Basulto). Estos son: galletas industriales y bollería industrial, salchichas y embutidos, refrescos, bebidas energéticas, pan blanco, pan bimbo y similares, zumos y batidos envasados, patatas fritas de bolsa (también doritos, 3D, pringles,…), chucherías, cereales azucarados, dulces y helados industriales (los baratísimos poloflashes incluidos), alimentos precocinados (pizzas, lasañas, sopas, nuggets, albóndigas y un largo etc), lácteos azucarados, salsas de supermercado (tomate frito, bechamel,…),…
Por lo tanto, todo esto se excluye rápidamente de una dieta sana. ¿Qué hemos hecho nosotras? Pasar de un consumo cotidiano a un consumo puntual, esporádico y ocasional. ¿Y por qué? Bueno, en esta familia el cáncer es algo que nos toca de cerca y nos ha atacado (y ataca) por varios frentes. El preocuparnos por la alimentación en relación a esta enfermedad, ha sido algo que hemos descubierto a partir de los cáncer de colon que tenemos cerca. Y como siempre, sin obsesionarnos. Lo que tenemos muy en cuenta es que la alimentación influye en el riesgo de numerosas enfermedades crónicas y que, según Julio Basulto comenta en este artículo, no hay dietas que curen el cáncer o que hagan que no lo suframos nunca (hay otros factores a tener en cuenta -genéticos, ambientales, etc, etc- que también influyen). Simplemente nos dice que una dieta sana puede reducir la probabilidad de padecer esta dichosa enfermedad y que los hábitos que marcan una alimentación saludable PREVIENEN ciertas enfermedades.
Según varios artículos como éste, «el consumo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcar, sal, grasas saturadas, así como en una larga lista de aditivos, conservantes y colorantes, podría estar relacionado con el riesgo de padecer cáncer, según un estudio liderado por la Universidad de la Sorbonne, en París, y publicado en el British Medical Journal. Este tipo de productos suponen el 20% de los alimentos que se consumen en España, el 40% de los que se ingieren en Finlandia, Bélgica y Alemania, y nada menos que el 50% de las calorías diarias de los británicos. Estudios previos ya habían vinculado estos productos con un riesgo incrementado de obesidad, presión arterial elevada y colesterol. Y ahora, por primera vez, un estudio se centra en analizar si también existe una asociación entre este tipo de comida y el cáncer».
Aunque hay muchos estudios que «reconocen que los resultados deben ser ampliados por estudios ‘a gran escala’. Se sabe que comer muchos de ellos pueden concluir al aumento de peso y tener sobrepeso u obesidad, y por tanto aumentar el riesgo de cáncer, aseguran. Lo recomendable es un consumo responsable» (Ideal).
«Se consumen más refrescos que legumbres. Juzguen ustedes mismos si tenemos o no un problema». Por todo esto, nos inventamos nuestra sección Hazlo Tú intentando reducir la ingesta de sal, azúcar y grasas como mantequillas, mantecas y margarinas: galletas, salsas (tomate frito, bechamel,…), salchichas, arroz tres delicias, pan bimbo y pan de hamburguesa, piquitos o colines, regañás, mermeladas,… ¡Todo casero! Eso sí, como dice Gemma aquí, no vale hacer «la misma cochinada en casa» que compraríamos en la calle. Por ejemplo, cuenta cómo ha visto gente hacer «conguitos caseros porque los del Imperio son muy malos y nos envenenan. Pues, amiga, lo mismo. Unos cacahuetes cubiertos de chocolate son el mismo engañabobos que los de sobre, sólo que le lleva más tiempo hacerlos». «Tenemos que cambiar nuestro modo de ir a la compra… Responsabilizándonos de lo que metemos en nuestra cesta de la compra. No temiendo a los aditivos presuponiéndoles un alimento malvadamente procesado, sino analizando claramente lo que después consumiremos en nuestras casas. Porque el problema no es el aditivo, es el alimento».
¿¿Y qué le pasa a los niños cuando consumen alimentos» ultraprocesados en exceso?? Según Hábitos:
Carlos Ríos nos indica en su infografía que «no están ordenados de peor a mejor, ni de mejor a peor. Todos son lo peor». Según él, los productos más dañinos para nuestra salud y que están en el top 10 de los “alimentos” más frecuentemente consumidos por los españoles son: