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Ya te lo contábamos en nuestro post «¿Quieres comer sano? Empieza mejorando tu despensa y tu nevera«: una de las formas más eficaces de no comer algo insano regularmente, es no tenerlo en casa regularmente. Si lo tienes cerca, la tentación de comerlo supera la pereza de ir a comprarlo. Eso es así la mayoría de las veces. Así que, ¡mejor evitar comprarlo!
Y leyendo este artículo de Julio Basulto en El País, lo ratificamos una vez más:
«La mejor forma de combatir nuestro impulso de ingerir alimentos malsanos es no tenerlos a mano:
Ojos que no ven, corazón que no siente. Al leer este conocido refrán, todos los nutricionistas piensan en el efecto negativo que ejerce sobre nuestro corazón (o sobre nuestro sistema cardiovascular) ingerir a menudo productos insanos. Es mejor que nuestros ojos no los vean para no sucumbir a la tentación y dañar a nuestro corazón. Por desgracia, los consumimos excesivamente […] ¿Por qué nos cuesta tanto evitar la tentación? Nos cuesta, sobre todo, por cuatro factores, englobados en las llamadas cuatro pes del marketing… «.