La primera vez que probamos las torrijas al horno fue en Madrid, en el Restaurante Vegetariano de calle Santiago. Ummm… allí las presentan con una crema de nata y vainilla que está espectacular. Nosotros las hemos adaptado y las solemos presentar sobre nuestras natillas caseras (dejándolas más líquidas de lo habitual). Es un postre típico de Semana Santa que evita los fritos, delicioso y que gusta a todo el mundo.
Ingredientes
- 6-8 rebanadas de 1 centímetro de espesor (aproximadamente) de nuestro pan integral casero (de espelta o integral express). O directamente, 1 barra de pan cortada en rebanadas.
- Litro y medio de leche.
- Cáscara de 1 limón (sin llegar a la parte blanca, ya que amarga).
- Cáscara de 1 naranja (sin llegar a la parte blanca, ya que amarga).
- 2 ramas de canela.
- 50 gr azúcar (nosotros usamos morena, pero podéis usar blanca igualmente. Os lo explicábamos aquí).
- 6 huevos.
- Canela molida, miel y/o azúcar para decorar.
Preparación
- Calentamos en un cazo la leche, la cáscara del limón y la naranja, la canela en rama y el azúcar. Dejamos que hierva para que la leche tome bien los aromas y sabores de las especias. Una vez que hierva, dejamos reposar 10 minutos.
- Ahora empaparemos bien las rebanadas de pan en la leche. Para que sea más cómodo, vertemos la leche en una fuente o plato profundo y vamos pasando las rebanadas por la leche hasta que queden totalmente empapadas. Han de empaparse enteras y muy, muy bien para que no queden secas ni duras al meterlas al horno. Este paso es muy importante.
- En un bol ancho, batimos los huevos y pasamos las torrijas por el huevo batido. Aquí hay que tener cuidado para que no se rompan, podemos ayudarnos con una espátula ancha.
- Colocamos las torrijas en una fuente apta para horno y horneamos por ambos lados a 180º SIN aire (no le pongáis el ventilador al horno). En cuanto las veáis doraditas, ¡sacadlas para que no se queden secas! Nosotras hemos horneado cada cara del pan unos 5-6 minutos.
- Una vez que las saquemos, las rebozamos en una mezcla de azúcar y canela. Si han quedado secas y nos ha sobrado leche, podemos empaparlas un poquito más.
- Las presentaremos sobre nuestras natillas caseras pero haciéndolas un poco más líquidas de lo habitual. Si queremos hacerlo de forma individual, cogemos platos de postre, ponemos una cama de natillas caseras y encima ponemos la torrija, que decoraremos con canela molida, azúcar y/o miel.
Presentación
- A nosotros nos gusta más la preparación y la presentación que os hemos descrito arriba, aunque es cierto que no quedan tan crujientitas ni tan doradas como si las hacemos fritas. Otra opción que nos dan en esta web, para darles el aspecto dorado e intentar que salgan un poco más crujientes, es pasarlas por miel y agua: «en una olla, ponemos la miel y un chorro de agua y llevamos al fuego hasta que hierva. Cuando las torrijas ya están bien doradas, las pasamos por la miel durante un minuto, girándolas para que absorban por ambos lados».