Tardes de frío. Tardes de lluvia. El ingenio se nos agudiza. Estos últimos años hemos hecho de todo: desde «dibujar» una rayuela en el suelo con cinta de carrocero (la que utilizan los pintores), pasando por hacer la cena en común (os recomendamos baberos XXL), hasta esta fantástica plastilina casera que ha triunfado este invierno. Hemos probado varias y éstas son las proporciones con las que hemos conseguido el mínimo pringue posible (casi no se pega en las manos) y la máxima elasticidad y plasticidad 🙂 Además, ellos también pueden ayudar a mezclarla y les resulta súper divertido. Eso sí, el colorante os recomendamos que lo mezcléis vosotras y que si podéis, lo hagáis con guantes; ya que hay algunos que tiñen mucho-muchísimo (estos últimos que hemos comprado de la marca Dr. Oetker se van fácilmente con agua y jabón).

Ingredientes (3 bolitas de plastilina tamaño medio)

• 200 gr de harina de trigo
• 170 gr de sal
• 150 ml de agua
• 1 cucharadita de aceite de girasol (o de oliva, el que tengáis a mano)
• 1 cucharadita de vinagre
• Colorantes alimentarios de colores

Preparación

• Mezclar con una cuchara en un bol grande todos los ingredientes excepto los colorantes alimentarios.
• Con las manos enharinadas y en una superficie igualmente enharinada, amasamos hasta conseguir una masa homogénea, suave y no pegajosa (si se os pega, id añadiendo harina hasta que no lo haga).
• Dividimos la masa en 3 partes iguales.
• Aplastamos las bolitas y echamos el colorante en el centro. Hacemos un rollito para que el tinte quede siempre dentro y volvemos a amasar hasta conseguir que el color se extienda en toda la masa por igual. Si queréis más intensidad en el color, id repitiendo este paso las veces que queráis.