El otro día, en esta época de invierno invernal total, varias madres hablábamos de cómo nuestros hijos se destapan a los 5 minutos de taparlos y además de una forma muy bestia y en plan «mamá, te has pasado con las capas». El caso es que una CU contaba que sus hijas sudaban muchísimo al acostarlas (ya son más mayores y no lo hacen tanto) y nos acordamos de este artículo de Mi pediatra online que explicaba el por qué del sudor cuando los niños pasan de un nivel de actividad alto (lo que nosotras llamamos on fire) al reposo y el descanso del sueño: «cuando el cuerpo reduce de forma clara y rápida su actividad (la situación más evidente es dormirse), una gran cantidad de energía deja de ser necesaria. Y en el proceso de reducirla, una parte de la que sobra se elimina en forma de calor gracias al sudor».