Llevando ya 10 meses con la lactancia materna, tuve un comienzo de mastitis. No me podía creer que fuera una mastitis porque pensaba, ingenua de mí, que sólo se producían al comienzo de la lactancia. Fue muy leve. Aun así, os la cuento por si a alguna le pudiera ayudar la experiencia: empezó a salirme un bulto duro en el pecho que venía acompañado de un dolor constante que se agudizaba cuando el bebé mamaba. Y aunque no llegué a tener fiebre, tenía muy mal cuerpo, como si me fuera a poner enferma (los síntomas me recordaban al comienzo de una gripe). Así que me tiré 3 días totalmente agotada.
Lo primero que hice fue intentar averiguar qué era a través del grupo de lactancia: obstrucción, mastitis o absceso. Me pasaron este artículo de Alba Lactancia y fui saliendo de dudas: era una mastitis que por los síntomas, no parecía muy grave. Lo que hice, hasta ir al médico y a mi matrona, fue ponerme mucho al bebé al pecho para que me ayudara a deshacerme de la mastitis e intentar ponerlo con su barbilla justo donde tenía el pecho más duro para que fuera masajeando levemente la zona, así que utilicé la posición de rugby por el sitio donde se ubicaba este bultito tan incómodo y doloroso. En la cita con la matrona y con mi médico de cabecera me dijeron que siguiera así, que lo estaba haciendo muy bien. De momento, y como la cosa estaba estable, nada de antibiótico y revisión a los 2 días. Solamente me recomendaron el probiótico Lactanza si yo quería. Efectivamente, a los 2 días mi pecho estaba bastante mejor así que no tuve que tomar nada. Aunque si lo hubiera necesitado, mi médico de cabecera me tranquilizó y me indicó que había medicamentos que no eran perjudiciales para el bebé (que él, como es un amor, lo consultaba siempre en sus fuentes y también en e-lactancia). Eso sí, también me advirtió que en ocasiones hay una pequeña probabilidad de que el antibiótico le cambiara el sabor a la leche y la rechazaran; pero eso no me preocupó mucho porque yo comía de todo (sí, ¡hasta los espárragos que la abuela decía que no comiera!) y eso, según mi matrona, aseguraba que el bebé después estuviera más acostumbrado a diferentes sabores una vez introdujéramos la alimentación complementaria.