Cuando nuestros peques nacieron, algunos en invierno y otros en pleno verano, empezamos a leer sobre los protectores solares en el grupo de lactancia de Jaén. Como os decimos, algunos llegaron ya al verano con el añito cumplido y otros eran recién nacidos. Aprendimos sobre filtros físicos y químicos, leímos opiniones variadas sobre los parabenos y conocimos distintas marcas de protectores. Hemos hecho recopilación de todo y os lo dejamos aquí 🙂
La 1ª recomendación es, como dice Mi pediatra online en este artículo, «que los niños menores de 6 meses no deberían exponerse voluntariamente al sol… su piel es muy sensible a las quemaduras solares y tienen más facilidad para sufrir un golpe de calor. Por eso, la mejor recomendación para niños de menos de 6 meses respecto al sol es que lo evites en la medida de lo posible». Así que en menores de 6 meses evitaremos las horas más duras de sol siempre que podamos para evitar quemaduras y deshidratación (recuerda, como dice Lucía, mi pediatra, que debajo de la sombrilla también les llega radiación), pudiendo dar un paseo a primera o última hora de la mañana.
La 2ª es que no hay protectores solares para bebés menores de 6 meses. Según el anterior artículo, «la mayoría son para niños por encima de los 3 años. Aunque ya hay alguno en el mercado recomendable desde los 6 meses… Si en algún momento va a estar al sol intenso con menos de 6 meses, porque no podemos evitarlo, hay que reducir esa exposición lo más posible, podemos usar un Protector Solar para mayores de 6 meses y añadir protección física: vestido y con gorro».
El 3er consejo es que los protejamos siempre con un factor de protección 50+.
Para niños menores de 3 años, la 4ª recomendación es usar protectores que estén compuestos por filtros físicos o minerales, que son aquéllos que dejan el típico color blanquecino en la piel debido a que los minerales forman una barrera protectora. Los químicos absorben la energia solar transformándola para que no dañe la piel, debido a esta actividad bioquímica es por lo que se cree que podrían interferir en el sistema endocrino. «Cuanto más pequeño es un niño mejor es que la protección sea a costa de Filtros Físicos, recurriendo a los Químicos lo menos posible. Precisamente esa desventaja estética de dar un tono blanquecino a la piel es un añadido en seguridad: cuando se pierde ese tono blanquecino es un indicador de que debes aplicar protección de nuevo o dejar de exponer al niño al sol. Sin embargo en los filtros químicos la primera muestra de que ya no está protegido es el enrojecimiento de la piel, que ya es una quemadura leve» (Mi pediatra online). La mayoría de los protectores solares son una combinación de filtros físicos y químicos (Boticaria García nos explica aquí la diferencia entre ambos). En este artículo, Lucía Galván diferencia entre los distintos filtros y su aplicación según la edad de bebés y niños; así como nos habla de melanomas y horas idóneas para ir a la playa.
Si te preocupan los parabenos, @deborahciencia desmonta este nuevo mito en este vídeo para que nos dejemos de asustar. Es cierto que hay artículos que recomiendan que para menores de 3 años no son recomendables en grandes cantidades, y al tener que embadurnarlos y ser la cantidad alta, nosotras hemos seguido las recomendaciones de los pediatras anteriores para ellos.
También es importante recordaros que no hay que usar cremas de un año para otro (aquí a todos se nos va la mano con esto que da gusto):
Nosotras hemos encontrado farmacias de Jaén con casi todo: cremas con filtros físicos, minerales, combinadas con biológicos y otras combinadas con alto contenido en filtros físicos y muy poquito porcentaje químicos:
En este artículo de Ser Padres podéis encontrar más variedad de fotoprotectores y una pequeña descripción.