Dimos tantas vueltas por el mundo de 2014 a 2017 que todo lo que fuera ahorrar espacio en la maleta era fundamental. Un día, nuestra compañera mexicana nos pidió «un cosito para los pupilentes»… jajajajajajajaja… la traducción al castellano después de 5 minutos descifrando el mensaje fue «un portalentillas». Se iba de viaje y no quería llevar los 2 botes de crema de día y de noche, y tampoco tenía tiempo de ir a comprar los mini-botecitos que venden en sets para viaje (que por cierto, aunque son pequeños, ocupan más espacio que nuestro nuevo descubrimiento).
Así que desde ese día, otro elemento cambió de perspectiva y de vida (como el palitroque de mojito). Cada vez que nos tenemos que ir de viaje, cogemos un portalentillas y metemos la crema de día en la parte que corresponde a la tapa más clara (en este caso, la rosca blanca) y la crema de noche en la más oscura (la azul para nosotros). Si usáis lentillas seguro que tenéis mil portalentillas distribuidos por la casa que no tiráis por si acaso. ¡Ahora podéis darles uso! Nosotras los hemos usado incluso para poner los restos de sombras de ojos (algunos eran restos y otros, los trocitos que habían quedado después de algún golpe fortuito catastrófico).
Lo veis pequeño, pero suele dar para una semana entera echándose todos los días (claro, que nos ayudaron en Kabukï -Jaén- a aprender a extender bien la crema para su máximo rendimiento).
Y para no confundirnos, los viejecillos los dejamos para las cremas y para las lentillas compramos éste de animalitos en Vitavisión (Granada) 🙂
Consejos
Si cuando volváis de viaje os ha sobrado crema, os recomendamos gastarla, ya que en los botecillos de plástico (tanto en los portalentillas como en los que venden en sets de viaje) la mayoría de ellas tienden a solidificarse demasiado con el tiempo y no las vais a poder usar después (sí, nos ha pasado).